Gesto de amor a los más necesitados: una cena que alimenta el alma
En el Día de Acción de Gracias, mientras muchas familias en Puerto Rico comparten alrededor de una mesa llena de alimentos, para las personas sin hogar este día suele ser solo otro enfrentamiento con la adversidad.
Sin embargo, gracias a la iniciativa de “Almohada del Amor”, un grupo de voluntarios llevó esperanza a quienes más lo necesitan, ofreciendo una cena cálida, oraciones y una dosis de humanidad.
Julio, oriundo de Mayagüez, contó su historia con una voz cargada de dolor. “Yo fui abusado […] mi papá me quería matar”, confesó, dejando ver las cicatrices de una infancia rota por el maltrato. Ahora, la calle es su hogar y su mayor batalla.
En esta cena, cada plato servido es un símbolo de resiliencia. “Yo he vivido momentos difíciles”, señaló uno de los beneficiados, recordando los desafíos que ha enfrentado.
Diana George, coordinadora de “Gente que Ayuda Gente”, explicó que “A veces nos dicen que no tienen esperanza, pero les recordamos que Jesús murió en la cruz por todos nosotros”.
Mientras los voluntarios repartían comida y escuchaban relatos desgarradores, también presenciaban muestras de superación y gratitud. Para muchos de los presentes, esta cena representó algo más que alimento: fue un recordatorio de que no están solos en su lucha.
Historias como las de Julio son comunes entre las miles de personas sin hogar en Puerto Rico.
Sin embargo, cada gesto de solidaridad demuestra que aún hay esperanza y dignidad por recuperar.